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Lo que me ha llamado la atención de los “Hábitos de lectura 2005” - 3

Compra de libros y descuento

A todo el sector se le suele llenar la boca con la solicitud, con sentido en mi opinión, del precio único, pero cuando se pregunta a los lectores y compradores si te hacen descuento allí donde vas a comprar nos encontramos con los siguientes resultados:

 Este dato que nosotros sepamos es la primera vez que se hace público. ¡Lástima que no se haya preguntado el porcentaje de descuento! Quizás sí se haya hecho, pero no lo han querido hacer público.

Podemos ver que se pueden sacar algunas conclusiones malignas, sobre todo si nos olvidamos del libro de texto que, aún con descuento libre, hay un tercio de la población que lo compra sin descuento. Señal de que es posible valorar otros factores.

Si vamos al libro de leer vemos curiosidades como que hay más librerías haciendo descuento que Grandes Almacenes. No digamos ya si la comparación la hacemos con las cadenas de librerías. Vemos también que hay más editores que hacen descuento que quienes no lo hacen, aunque la venta, como es el caso sea a cliente final individual. Es más, los editores hacen más habitualmente descuento que las Ampas o los centros de estudio.   

Los datos dejan dos o tres preguntas en el aire:

- ¿Compraría igual aunque no le hicieran descuento?

- ¿La realidad de las formas de ventas es compatible con una ley de precio único o la norma está ya superada por la realidad caudno más del 50% de los editores parecen incumplirla?

- ¿Se puede mantener desde la Federación de Editores un discurso coherente, en el sentido de avalado por la práctica o de la conexión entre teoría y práctica, con estos datos?

Más que mucho por pensar o por legislar, hay mucho por hacer.

Ninguna nueva norma cambiará estos hábitos.

2 comentarios

Txetxu -

Ya dice la sabiduría popular que más vale uno por lo que hace que por lo que dice

Iñaki -

Interesante. Interesante. Es cierto que, en las pequeñas librerías, necesitamos el precio único como el aire que respiramos.Y todos, desde los grandes a los pequeños. De las librerías del centro a las de los pueblos, tratamos de fidelizar a nuestros clientes con el anzuelo del descuento.Y alegremente regalamos un 10% de nuestro porcentaje a unos porque compran libros todos los meses y !hay que cuidarlos!, a otros porque son profes y a veces te dicen la lectura que mandarán a sus alumnos, a otros por que le echan mucho morro, y te achuchan con la coletilla del \"pues en tal otra librería siempre me lo hacen\", etc..
Al final, un desastre. Y luego lloramos.
A los libreros, nos falta \"profesionalidad\". Por eso acudimos al método más primario, y hemos creado costumbre.
Tenemos \"inseguridad\" en nuestra función, y temblamos ante el cliente exigente que amenaza con abandonarnos.
Jugamos hipócritamente, con fuego. Como un día ciga el precio fijo, con el que jugamos, caeremos muchos.