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Allons enfants!. Google y los editores franceses

En este caso la avanzadilla ha sido el grupo La Martiniére, considerado por Schiffrin el mayor grupo editorial independiente francés (Cfr. El control de la palabra, pag. 40). Detrás, han ido todos los demás.

¿Siempre que hay valor hay derecho?

Detrás de los franceses ¿irán todos los europeos, con sus bibliotecas, amén de los editores?

Así lo ven algunos medios franceses (gracias Esteban).

1 comentario

Julieta Lionetti -

"Los libros son lo que son", sentenció Jesús Badenes, alma mater del grupo Planeta en estos momentos, después de su reunión con la gente de Google. La frase era para mostrar su total oposición al proyecto Google Book Search. Otro de sus argumentos fue que habían participado en el proyecto en Estados Unidos y no habían visto crecer, de acuerdo con sus expectativas, las ventas en sector hispanohablante de ese país. Los libros son lo que son hasta que dejen de serlo. Y ya están en medio de ese proceso. Hace ya años, en un seminario en la Residencia de Estudiantes de Madrid (www.archivovirtual.org/seminario/libroelectronico/ponencias/p4.htm, afirmé que la digitalización de la palabra era el precio que ésta debía pagar para entrar en la lógica de la sociedad de redes. Y terminará pagánolo, lo quieran o no quienes creen que lo es lo es para siempre. Entonces, lo mejor sería acompañar --sin prisas, sin pausas y sin tener la cuenta de resultados como único parámetro-- este proceso desde el inicio. A nadie le gustan los ejecutivos que se desgañitan preguntando quién se llevó su queso. Google, cuya estrategia específica no voy a defender, tampoco ha comunicado bien su proyecto en España. También, como en la época del e-reader de Microsoft, la tecnología está todavía en pañales y las búsquedas emprendidas en Book Search no son ni la mitad de relevantes que en las del buscador general. Pero no puedo dejar de verlos como a los benedictinos del s XXI, con toda la honra que ello merece. Le tocará a Google o a Yahoo o a quien lo haga mejor. Pero no es tarea de editores. Para nosotros, los pequeños o microeditores, Google nos ofrece una herramienta valiosísima para dar a conocer nuestros libros, ausentes de todas las librerías en donde no podemos (o ni nos dejan) comprar espacio en las mesas. Así son los libros tal como son hoy. O como eran ayer. Dinero contra espacio. Poder contra contenidos. Pero el momento es de cambio y, como decía Moisés Nair en El País de ayer, el momento se caracteriza por los megapoderes y las micropotencias. Google está en esa lógica y tonto sería el editor que en lugar de subirse al tren le echara un pulso de Goliat a punto de ser vencido.