¡Qué buena es la perspectiva!
Hoy ha sido un día, mejor, una mañana en su primera parte aparentemente agitada. Leía en El País y también a través de Javier y de Pablo-Tokland la situación de "seísmo cultural". Sólo había escrito una frase en el "papel", folio reciclado que me acompaña a las mañanas: ni ver, ni oir, ni leer menos, sino de distinta manera.
La segunda parte de la mañana la he pasado con dos charlas con libreros de las cuales hablaré mañana y ahora en la lectura vespertina retomo un texto de Chartier presentado en el XXVI Congreso de la Unión Internacional de Editores celebrado el año 2000 en Buenos Aires. Dicho texto, leído en voz alta en su momento, se convirtió en artículo publicado en la Revista de Occidente de marzo de 2001, dentro de un número coordinado por José Antonio Millán. Texto que yo hoy he leído en silencio y que lleva como título ¿Muerte o transfiguración del lector?. En internet, curioso, he encontrado la versión francesa.
Reconozco que he hecho un mal subrayado del texto. Prácticamente todo me parecía importante, interesante o sugerente y pensaba: ¿a quién le interesa tanto ruido para no abordar con cierto sentido la situación? Chartier ya auguraba hace seis años, que en el fondo no es nada o es mucho tiempo, según cómo se mire que lo más probable es que en los próximos decenios se dé una coexistencia, no forozosamente pacífica, entre las dos formas de libro y los tres modos de registro y trasmisión de textos: la escritura manuscrita (que yo hacía hoya a la mañana), la publicación impresa (que yo leía a la tarde) y la textualidad electrónica (en la que ahora balbuceo).
¡Que lo disfrutéis!
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