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Libro, presencia en mercados y visualización. Los grandes y los pequeños

Madrid, Alemania y Estados Unidos se convierten en tres ejes para este comentario en el que, quizás, se visualicen la diferencia de raseros que cada uno saque sus conclusiones:

1. Feria del Libro de Madrid. La Feria evoluciona, pero parece seguir existiendo un problema endémico: la selección de quién tiene que estar y quién no. Conzoco de primera mano tres casos por lo menos en el que este año se les ha negado su presencia. Tres editoriales de perfiles distintas, quizás, con una única característica común: ser editoriales que podríamos calificar de "especializadas" en distintas ramas. Si no hay espacio sufuciente, siempre he dicho que para mí Madrid es, casi, como un mal empacho se debería posibilitar la no repetición de fondos y, en este sentido las librerías especializadas y una mayor apuesta por lo que es más dificil de ver en otros momentos, quizás debería ser dos de los criterios.

2. La Alianza del Instituo Cervantes con Editorial Planeta, ¿será una respuesta a la pérdida de la R.A.E. y su caída en manos de Prisa?, que supone por parte de la Administración, se quiera o no una apuesta por un tipo de contenidos y el abandono de otros. ¿No hubiera sido más lógico una firma de acuerdo con la Federación de Editores?. Todo ello, además en un momento de clara apuesta por el jugoso mercado norteamericano.

3. Un estudio del ICEX sobre el mercado editorial en Alemania, quizás un modelo más cercao al nuestro que el Estado Unidense y para aprender de sus formas de organización y estar atentos cuando ya otros han llegado a un estado de "madurez" que obliga a pensar en nuevas estrategias.  

1 comentario

Silvia Senz -

Se diría que la alianza Cervantes-Planeta es sólo un reparto compensatorio y estratégico del pastel del ERE (español como recurso económico, vertiente editorial) por la pérdida de las obras académicas. RAE y Cervantes suelen ir de la mano en los pasos de su política de explotación preferente del petróleo de la lengua, y probablemente se limitan a establecer un reparto convenido de parcelas, según las posibilidades de distribución de cada editor.
Lo que cuenta no es que la tarta se la lleve ahora Planeta, ahora Santillana/Prisa, sino sobre todo que se la lleven editores españoles y no americanos (del norte, del centro o del sur).