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con valor

El español ¿a cuánto?

No hablamos del club de fútbol. Hablamos, nos referimos a la lengua. Hace un par de días hacíamos referencia a el valor y peso que va tomando la diplomacia cultural y el papel que en la misma juega la lengua.

Hoy comienza un debate en Montevideo bajo el título: "Valor económico del español: una empresa multinacional". Y la verdad es que a mí, casi, me da miedo. Las multinacionales tienden a deslocalizar, y esto no casa bien con la lengua, tienden a buscar el máximo de rentabilidad económica y esto no casa bien con la cultura. Sus condiciones de contratación a veces no son las mejores, sobre todo en los niveles más bajos y esto, trasladado a la lengua, me da la sensación de que puede suponer un tratamiento no excesivamente plural con las lenguas minoritarias.

Casa también mal, por lo menos a mí así me lo parece con algunas de las reflexiones que hizo Paul Auster en el discurso de la entrega de los Premios Príncipe de Asturias como cuando, en concreto afirmaba que: "el valor del arte reside en su misma inutilidad; que la creación de una obra de arte es lo que nos distingue de las demás criaturas que pueblan este planeta, y lo que nos define, en lo esencial, como seres humanos. Hacer algo por puro placer, por la gracia de hacerlo", aunque él mismo sitúe la literatura a otro nivel.

Y, quizás, nos lleve a confundir el orden si ponemos el valor económico por delante del valor cultural, como ya adelantaba Rifkin.

Miedo me dan estos reduccionismos multinacionales.

Actualización: un intento de "tasación

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